lunes, 17 de septiembre de 2018

Pueblos de Teruel (1940-2017): los reyes de la despoblación…. y los (poquísimos) que se salvan de la quema



     Solo cinco municipios de los 236 que configuran nuestra provincia  tienen más población hoy que cuando terminó la guerra civil: Andorra y Teruel han duplicado y más su vecindario, Utrillas y Alcañiz casi lo han hecho, y Escucha presume de algunos vecinos suplementarios, si bien esta última localidad se encuentra en franco declive. Pérdidas de poca cuantía, de menos del 10%, se dan en Alcorisa y Calanda.
     Los 229 municipios restantes son otra historia: en el periodo 1940-2017 han perdido al menos un 20% de su población, que en el caso de 27 pueblos supera el 90%. Además, 82 han menguado entre un 80 y 90%. Apenas 21 municipios “se conforman” con perder “solo” menos de la mitad de su vecindario (el 50%) desde el 1 de enero de 1940. Son, a considerable distancia de Alcorisa y Calanda y de menor a mayor reducción porcentual: Valderrobres, Albarracín, Monreal del Campo, Cella, Villastar, Mora de Rubielos, Cedrillas, Mas de las Matas, Sarrión, Cuevas de Almudén, Ariño, Martín del Río, Villarquemado, La Mata de los Olmos, Calamocha, Montalbán, Celadas, Griegos y Guadalaviar.

Obón: queda un vecino por cada 20 que había en 1940

     El caso más extremo es Obón, que ha pasado de 1.107 a 44 censados (-96,03%), es decir, de cada 20 con que contaba en los albores del franquismo, solo queda uno. Saldón de 490 a 26, Alcaine de 909 a 62, Huesca del Común de 915 a 67… Además de Obón, cuatro de estos 27 vapuleados pueblos que ven reducida su población a menos de una décima parte, superaban el millar de hombres y mujeres en 1940 Loscos (1.480), Libros (1.278), Puertomingalvo (1.181) y Blesa (1.081). Hoy tienen, respectivamente, 139, 103, 117 y 97.
     Si hablamos de cifras absolutas y no de porcentajes, lidera las pérdidas Calamocha, con 3.775 vecinos menos en la actualidad que tras la guerra civil, teniendo en cuenta que en 1971 absorbió a diez pueblos del entorno. Le siguen Castellote (3.012) y Albalate del Arzobispo (2.398), y también han perdido más de un millar de vecinos, en orden decreciente, Híjar, Santa Eulalia, Samper de Calanda, Oliete, Mosqueruela, La Puebla de Híjar, Manzanera, Ojos Negros, La Puebla de Valverde, Loscos, Muniesa, Caminreal, Báguena, Olba, Cella, Aguaviva, Alloza, Libros, Aliaga, Alcalá de la Selva, Bello, San Agustín, Villarluengo, Montalbán, Torrijo del Campo, Monreal del Campo, Calaceite, Burbáguena, Obón, Fuentes Claras, Castelserás y Valdealgorfa.
     La mayoría de estos pueblos ya habían entrado en declive, generalmente en 1910, que es cuando la provincia tocó su techo demográfico si nos atenemos a los censos decenales, con 265.908 habitantes. Pero lo hicieron en caída libre especialmente en la década de 1960, y algo menos en la anterior y posterior.
     La ganancia absoluta de habitantes de Teruel capital supera a los otros cuatro municipios que no se han visto afectados por la crisis demográfica juntos, 18.938 habitantes suplementarios sobre los 16.546 con que contaba tras la última contienda civil. Alcañiz gana 7.246 vecinos, Andorra 4.604, Utrillas 1.502 y Escucha 95. Salcedillo es el único municipio, entre el resto, que pierde menos de cien vecinos, 95; claro que pasa de 108 en 1940 a 17 en 2017. Y llegó a alcanzar un mínimo de siete habitantes en 2000, marca que mantuvo varios años y le situaba como el municipio menos poblado de España.

Las localidades más populosas: mal, pero no tanto, salvo excepciones

     Termino con un repaso a las localidades más importantes (las que hoy superan hoy el millar de habitantes). Teniendo en cuenta que el descenso provincial ha sido del 44,80%, veamos de mayor a menor cuáles han sido sus pérdidas. Santa Eulalia se descuelga con una importante merma del 64%, al pasar de 2.887 a 1.033 vecinos.
Otros tres municipios pierden más de la mitad de su masa humana: Albalate del Arzobispo de 4.367 a 1.978 (-54,71%), Híjar de 3.688 a 1.697 (-53,99%), y Calaceite de 2.134 a 1.038 (-51,36%).
     Los descensos de Montalbán (46,96%) y Calamocha (46,44%) también sobrepasan la media provincial, siendo más atenuados en los demás municipios: Sarrión (42,54%), Mas de las Matas (39,72%), Mora de Rubielos (36,42%), Cella (31,14%), Monreal del Campo (30,73%), Albarracín (25,56%), Valderrobres (20,18%), Calanda (-6,39%) y Alcorisa (3,38%).
     De los once pueblos que porcentualmente menos habitantes pierden de la provincia, nueve son los últimos citados; entre ellos se intercalan Cedrillas (39,62%) y Villastar (33,82%).
    Un último dato: si hoy son 19 los municipios que superan el millar de vecinos en la provincia de Teruel, en 1940 sumaban 77.

martes, 11 de septiembre de 2018

Soria y Teruel, las provincias más castigadas por la despoblación desde el fin de la guerra civil



     Acabada la última guerra civil (1936-1939), la provincia de Teruel tenía censados 223.064 habitantes; llegó el régimen franquista y con él la generación del “baby boom”, pero también los “polos de desarrollo”. Y mientras España no paraba de crecer, Teruel, junto a otras desdichadas compañeras del interior, perdía más y más población.
     Murió el generalísimo en noviembre de 1975, y nuestro país estrenó una nueva era, la de la Monarquía Constitucional. España había pasado de algo más de 26 a casi 36 millones de habitantes; la población se había incrementado en un muy considerable 38%.

A Teruel el “baby boom” no se sirvió para nada

     Mientras con Franco algunas provincias registraban crecimientos monstruosos, otras perdían población; Teruel pasó de los citados 232.064 vecinos a 163.879, 68.185 menos, una caída en tanto por ciento del 29,38%. Es decir, de cada cien domiciliados en la provincia a 1 de enero de 1940, casi 30 habían desparecido en el censo de la misma fecha de 1976.
     Peor parados que Teruel salieron tres territorios: la merma en Guadalajara fue del 29,61%, como en Cuenca, y en Soria del 31,60%. En total, de las 52 provincias españolas (considerando como tales Ceuta y Melilla), 21 habían visto reducidos sus recursos humanos entre el primer censo realizado tras la guerra y el primero de la democracia.
     Mientras, cinco doblaban y más su población: Madrid, Barcelona, Vizcaya, Álava y Guipúzcoa, es decir, las que albergan las dos mayores ciudades y el País Vasco. Los incrementos oscilaron entre el 168,69% de Madrid y el 100,36% de Guipúzcoa.

Democracia: Panorama malo, pero algo atenuado

     Han pasado 42 años con el actual régimen y la evolución demográfica es similar, pero se atenúan las enormes diferencias que había entre las provincias que más población obtienen y las que más pierden. España ha ganado casi 11 millones de habitantes, frente a casi 10 en los 36 años transcurridos entre 1940 y 1976; más en cifras absolutas, pero menos en porcentaje, el 29,89 y el 38,17%, respectivamente.
     Las provincias que pierden población se reducen de 21 a 17.
     Teruel no es la cuarta, sino la quinta más perjudicada (demográficamente hablando), con una caída del 18,32%. Pero las tres que la precedían tras el franquismo, han corrido mejor suerte en el recuento de la democracia: Soria pasa de ser la peor parada a ocupar el sexto puesto, justo detrás de nosotros (-17,90%); Cuenca baja al noveno lugar, y Guadalajara -algo similar pero en menor medida sucede en Melilla, Toledo y Albacete-, crece espectacularmente un 76% y logra salir de la España en regresión. En los años de monarquía constitucional, les ha ido peor que a los turolenses en Ávila, Lugo, Zamora y sobre todo en Orense (-28,77%).
     Ninguna provincia dobla su población, como durante la dictadura, casi lo hace Baleares (95,58%), y se siguen a más de quince puntos Almería, Alicante, Las Palmas y Málaga. Madrid, y sobre todo Barcelona, moderan su crecimiento.

1940-2018: 17 hermanas pobres y solo Soria más que Teruel

     Y sumando todo, desde el final de la guerra civil hasta la actualidad (1940-2018), España en conjunto pasó de 26.915.907 a 46.659.302 habitantes, un notable incremento porcentual del 79,35%. Pero en Teruel, las cosas han sido muy distintas; la población se ha reducido de 232.064 censados en 1940 a 133.861 en 2918, su cifra más baja de la historia, y que supone un recorte del 42,32%; 42 de cada 100 residentes en la provincia la han abandonado desde 1940.
     Solo Soria presenta un panorama más desolador, pues la caída es del 43,84%. Tras Teruel, pierden al menos la cuarta parte de su población Zamora (42,32%), Cuenca (39,80%), Lugo (35,35%), Orense (32,49%), Ávila (31,76%) y Palencia (25,47%),
     Son 17 las provincias que se han despoblado en los últimos 78 años, aunque para algunas se abre un rayo de esperanza, pues aunque estén con números rojos por sus malos resultados durante el franquismo, la evolución bajo la monarquía ha sido positiva, Ciudad Real, Huesca, y con un anecdótico aumento del 0,004% Badajoz (28 habitantes más en 2018 que en 1976).
     Al otro extremo, gracias en especial al centralismo franquista, Madrid pasa de 1.579.793 habitantes (Barcelona tenía más) en 1940 a 4.970.186 en el último recuento, un crecimiento del 314,61%. Superan el 200% Las Palmas y Alicante, y el 185% Santa Cruz de Tenerife, Álava, Baleares y Barcelona (185,44%).
     En resumen: tan solo los sorianos pueden mirarnos por encima del hombro y asegurarnos, “nosotros somos los reyes de la despoblación”. ¡Triste consuelo!