Acabada la última
guerra civil (1936-1939), la provincia de Teruel tenía censados 223.064
habitantes; llegó el régimen franquista y con él la generación del “baby boom”,
pero también los “polos de desarrollo”. Y mientras España no paraba de crecer,
Teruel, junto a otras desdichadas compañeras del interior, perdía más y más
población.
Murió el generalísimo
en noviembre de 1975, y nuestro país estrenó una nueva era, la de la Monarquía
Constitucional. España había pasado de algo más de 26 a casi 36 millones de
habitantes; la población se había incrementado en un muy considerable 38%.
A Teruel el “baby boom”
no se sirvió para nada
Mientras con Franco algunas provincias registraban crecimientos monstruosos, otras
perdían población; Teruel pasó de los citados 232.064 vecinos a 163.879, 68.185
menos, una caída en tanto por ciento del 29,38%. Es decir, de cada cien
domiciliados en la provincia a 1 de enero de 1940, casi 30 habían desparecido
en el censo de la misma fecha de 1976.
Peor parados que
Teruel salieron tres territorios: la merma en Guadalajara fue del 29,61%, como
en Cuenca, y en Soria del 31,60%. En total, de las 52 provincias españolas
(considerando como tales Ceuta y Melilla), 21 habían visto reducidos sus
recursos humanos entre el primer censo realizado tras la guerra y el primero de
la democracia.
Mientras, cinco doblaban
y más su población: Madrid, Barcelona, Vizcaya, Álava y Guipúzcoa, es decir,
las que albergan las dos mayores ciudades y el País Vasco. Los incrementos
oscilaron entre el 168,69% de Madrid y el 100,36% de Guipúzcoa.
Democracia: Panorama
malo, pero algo atenuado
Han pasado 42 años con
el actual régimen y la evolución demográfica es similar, pero se atenúan las
enormes diferencias que había entre las provincias que más población obtienen y
las que más pierden. España ha ganado casi 11 millones de habitantes, frente a
casi 10 en los 36 años transcurridos entre 1940 y 1976; más en cifras absolutas,
pero menos en porcentaje, el 29,89 y el 38,17%, respectivamente.
Las provincias que pierden
población se reducen de 21 a 17.
Teruel no es la
cuarta, sino la quinta más perjudicada (demográficamente hablando), con una
caída del 18,32%. Pero las tres que la precedían tras el franquismo, han
corrido mejor suerte en el recuento de la democracia: Soria pasa de ser la peor
parada a ocupar el sexto puesto, justo detrás de nosotros (-17,90%); Cuenca
baja al noveno lugar, y Guadalajara -algo similar pero en menor medida sucede
en Melilla, Toledo y Albacete-, crece espectacularmente un 76% y logra salir de
la España en regresión. En los años de monarquía constitucional, les ha ido
peor que a los turolenses en Ávila, Lugo, Zamora y sobre todo en Orense
(-28,77%).
Ninguna provincia
dobla su población, como durante la dictadura, casi lo hace Baleares (95,58%),
y se siguen a más de quince puntos Almería, Alicante, Las Palmas y Málaga.
Madrid, y sobre todo Barcelona, moderan su crecimiento.
1940-2018: 17 hermanas
pobres y solo Soria más que Teruel
Y sumando todo, desde
el final de la guerra civil hasta la actualidad (1940-2018), España en conjunto
pasó de 26.915.907 a 46.659.302 habitantes, un notable incremento porcentual
del 79,35%. Pero en Teruel, las cosas han sido muy distintas; la población se
ha reducido de 232.064 censados en 1940 a 133.861 en 2918, su cifra más baja de
la historia, y que supone un recorte del 42,32%; 42 de cada 100 residentes en
la provincia la han abandonado desde 1940.
Solo Soria presenta un
panorama más desolador, pues la caída es del 43,84%. Tras Teruel, pierden al menos la
cuarta parte de su población Zamora (42,32%), Cuenca (39,80%), Lugo (35,35%),
Orense (32,49%), Ávila (31,76%) y Palencia (25,47%),
Son 17 las provincias
que se han despoblado en los últimos 78 años, aunque para algunas se abre un
rayo de esperanza, pues aunque estén con números rojos por sus malos resultados
durante el franquismo, la evolución bajo la monarquía ha sido positiva, Ciudad
Real, Huesca, y con un anecdótico aumento del 0,004% Badajoz (28 habitantes más
en 2018 que en 1976).
Al otro extremo,
gracias en especial al centralismo franquista, Madrid pasa de 1.579.793 habitantes
(Barcelona tenía más) en 1940 a 4.970.186 en el último recuento, un crecimiento
del 314,61%. Superan el 200% Las Palmas y Alicante, y el 185% Santa Cruz de
Tenerife, Álava, Baleares y Barcelona (185,44%).
En resumen: tan solo
los sorianos pueden mirarnos por encima del hombro y asegurarnos, “nosotros somos
los reyes de la despoblación”. ¡Triste consuelo!
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