martes, 11 de septiembre de 2018

Soria y Teruel, las provincias más castigadas por la despoblación desde el fin de la guerra civil



     Acabada la última guerra civil (1936-1939), la provincia de Teruel tenía censados 223.064 habitantes; llegó el régimen franquista y con él la generación del “baby boom”, pero también los “polos de desarrollo”. Y mientras España no paraba de crecer, Teruel, junto a otras desdichadas compañeras del interior, perdía más y más población.
     Murió el generalísimo en noviembre de 1975, y nuestro país estrenó una nueva era, la de la Monarquía Constitucional. España había pasado de algo más de 26 a casi 36 millones de habitantes; la población se había incrementado en un muy considerable 38%.

A Teruel el “baby boom” no se sirvió para nada

     Mientras con Franco algunas provincias registraban crecimientos monstruosos, otras perdían población; Teruel pasó de los citados 232.064 vecinos a 163.879, 68.185 menos, una caída en tanto por ciento del 29,38%. Es decir, de cada cien domiciliados en la provincia a 1 de enero de 1940, casi 30 habían desparecido en el censo de la misma fecha de 1976.
     Peor parados que Teruel salieron tres territorios: la merma en Guadalajara fue del 29,61%, como en Cuenca, y en Soria del 31,60%. En total, de las 52 provincias españolas (considerando como tales Ceuta y Melilla), 21 habían visto reducidos sus recursos humanos entre el primer censo realizado tras la guerra y el primero de la democracia.
     Mientras, cinco doblaban y más su población: Madrid, Barcelona, Vizcaya, Álava y Guipúzcoa, es decir, las que albergan las dos mayores ciudades y el País Vasco. Los incrementos oscilaron entre el 168,69% de Madrid y el 100,36% de Guipúzcoa.

Democracia: Panorama malo, pero algo atenuado

     Han pasado 42 años con el actual régimen y la evolución demográfica es similar, pero se atenúan las enormes diferencias que había entre las provincias que más población obtienen y las que más pierden. España ha ganado casi 11 millones de habitantes, frente a casi 10 en los 36 años transcurridos entre 1940 y 1976; más en cifras absolutas, pero menos en porcentaje, el 29,89 y el 38,17%, respectivamente.
     Las provincias que pierden población se reducen de 21 a 17.
     Teruel no es la cuarta, sino la quinta más perjudicada (demográficamente hablando), con una caída del 18,32%. Pero las tres que la precedían tras el franquismo, han corrido mejor suerte en el recuento de la democracia: Soria pasa de ser la peor parada a ocupar el sexto puesto, justo detrás de nosotros (-17,90%); Cuenca baja al noveno lugar, y Guadalajara -algo similar pero en menor medida sucede en Melilla, Toledo y Albacete-, crece espectacularmente un 76% y logra salir de la España en regresión. En los años de monarquía constitucional, les ha ido peor que a los turolenses en Ávila, Lugo, Zamora y sobre todo en Orense (-28,77%).
     Ninguna provincia dobla su población, como durante la dictadura, casi lo hace Baleares (95,58%), y se siguen a más de quince puntos Almería, Alicante, Las Palmas y Málaga. Madrid, y sobre todo Barcelona, moderan su crecimiento.

1940-2018: 17 hermanas pobres y solo Soria más que Teruel

     Y sumando todo, desde el final de la guerra civil hasta la actualidad (1940-2018), España en conjunto pasó de 26.915.907 a 46.659.302 habitantes, un notable incremento porcentual del 79,35%. Pero en Teruel, las cosas han sido muy distintas; la población se ha reducido de 232.064 censados en 1940 a 133.861 en 2918, su cifra más baja de la historia, y que supone un recorte del 42,32%; 42 de cada 100 residentes en la provincia la han abandonado desde 1940.
     Solo Soria presenta un panorama más desolador, pues la caída es del 43,84%. Tras Teruel, pierden al menos la cuarta parte de su población Zamora (42,32%), Cuenca (39,80%), Lugo (35,35%), Orense (32,49%), Ávila (31,76%) y Palencia (25,47%),
     Son 17 las provincias que se han despoblado en los últimos 78 años, aunque para algunas se abre un rayo de esperanza, pues aunque estén con números rojos por sus malos resultados durante el franquismo, la evolución bajo la monarquía ha sido positiva, Ciudad Real, Huesca, y con un anecdótico aumento del 0,004% Badajoz (28 habitantes más en 2018 que en 1976).
     Al otro extremo, gracias en especial al centralismo franquista, Madrid pasa de 1.579.793 habitantes (Barcelona tenía más) en 1940 a 4.970.186 en el último recuento, un crecimiento del 314,61%. Superan el 200% Las Palmas y Alicante, y el 185% Santa Cruz de Tenerife, Álava, Baleares y Barcelona (185,44%).
     En resumen: tan solo los sorianos pueden mirarnos por encima del hombro y asegurarnos, “nosotros somos los reyes de la despoblación”. ¡Triste consuelo!

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