sábado, 28 de diciembre de 2019

¿CUÁNTOS HABITANTES TIENE MI PUEBLO? (2019)




En la última revisión del padrón municipal, publicado ayer día 27 por el Instituto Nacional de Estadística (INE), correspondiente al 1 de enero de 2019, 137 municipios turolenses pierden población con respecto al anterior, 79 ganan, y 20 repiten. La provincia comenzó el año con 134.137 habitantes, 435 menos, y encadena un nuevo mínimo histórico, a pesar de haberse atenuado la sangría demográfica respecto a ejercicios anteriores.


Andorra, sumida en una preocupante crisis, encabeza con diferencia la lista de las localidades con mayores pérdidas de población, 161 menos, al pasar de 7.633 el 1 de enero de 2018 a 7.422 un año después. Contaba en 2009 con 8.403 vecinos, casi mil más que en el último censo, censo que desde entonces no ha dejado de recortarse.


A gran distancia se sitúan Escucha (-33) y Cella (-32). Andorra y el de la fuente no son los únicos Ayuntamientos importantes con cifras negativas; entre aquellos que superan la barrera del millar de censados, Albalate del Arzobispo (-24) pierde la de los 2.000 vecinos, y Calaceite (-17) queda apeado de este grupo al quedar con 994 habitantes. También registran números rojos Montalbán, Mas de las Matas, Alcorisa y Sarrión.


En el lado positivo, la capital suma 199 nuevos empadronados, quedando su población en 35.890. Encadena dos años de aumentos y se acerca el récord histórico de 35.961 alcanzado el año 2013. Siguen Calanda (40), Valderrobres (27) y Cedrillas (34). Entre los Ayuntamientos “milenarios” y en orden decreciente, también arrojan cifras positivas Santa Eulalia, Calamocha, Híjar, Albarracín, Alcañiz, Utrillas, Mora de Rubielos y Monreal del Campo, aunque el último con apenas un habitante más. Sorprende la Zoma que dobla y más su población, 16 en 2018 y 33 en 2019. Cifra modesta, pero hay que remontarse a 1998 para encontrarla.


La provincia en su conjunto, pierde censo por décimo año consecutivo; su máximo del siglo XXI fue en 2009, con 146.751 vecinos, 12.614 más que en 2019, siendo la pérdida del último año, 435 habitantes menos, la menor durante este periodo. La mayor se dio en la revisión de 2016, con una merma de 1.955 habitantes con respecto al anterior.

sábado, 10 de agosto de 2019

¿Hay una mujer entre los 180 turolenses asesinados por los nazis?


En el listado de los más de 4.400 fallecidos en campos de concentración nazis que ayer, viernes 9, publicó el Boletín Oficial de Estado aparecen 184 turolenses de entre 16 y 66 años; pero:

- Uno es dudoso (no se sabe si es de Teruel o Valencia).

- Otro se adjudica a la provincia pero es de La Puebla de San Miguel (Rincón de Ademuz, Valencia).

- Tres aparecen repetidos:

Uno lo vemos como Ramón Bofill Albose y después con Albesa como segundo apellido (seguramente, el correcto).

Y dos hermanos, como el anterior de Albalate del Arzobispo, primero como Pedro y Rito Serón Félix, y luego como Pedro y Rita Cerón Félix.

No quedamos sin saber si es Rito o Rita, en caso de ser lo segundo, sería la única mujer turolense de la lista.

Hechas estas correcciones son, en total, 180, que podían ser uno menos.



Cuatro pares de hermanos



De los 180, 153 figuran en el listado de asesinados en los campos de Gusen y Mauthausen, y el resto en una lista complementaria donde también se encuentran los de Dachau, Farge y otros.

Son cuatro los casos de hermanos fallecidos en un campo de exterminio:

- Los citados y Rito (o Rita) Serón o Cerón Félix.

- Pablo y Valentín Gascón Arnal, naturales de Utrillas.

- Esteban y Teófilo López Barberán, de Martín del Río.

- Y Enrique y José Malimaña Blesa, también de Albalate del Arzobispo.

Los ocho vieron apagarse sus vidas en el campo de Gusen, al este de la ciudad austriaca de Linz.



La Tierra Baja, principal punto de origen



Albalate del Arzobispo y Alcañiz son los municipios con más víctimas de la barbarie nazi, nueve naturales de cada uno de ellos.

Hay siete de Aguaviva y Calanda-

Seis de Calaceite, Teruel, Urrea de Gaén y Valderrobres.

Cinco de Segura de los Baños e Híjar.

Cuatro de Mosqueruela, Beceite y Alcorisa.

Y tres de los siguientes pueblos: Alcalá de la Selva, Andorra, Blesa, Ejulve, Monroyo, Mora de Rubielos, Obón y Utrillas.



88 municipios



En total, hay fallecidos procedentes de 88 municipios, incluso de alguno desaparecido, como Rudilla, o el menos poblado de la provincia, Salcedillo.

De 16 a 66 años

El más joven de los asesinados era Manuel Albalate Sobradiel, nacido el 1 de marzo de 1925 en Urrea de Gaén y muerto en Gusen con solo 16 años, el 31 de agosto de 1941.

El de más edad, Francisco Atienza, vio el mundo en Mora de Rubielos el 12 de marzo de 1878, y dejó de existir en el campo de Buchenwald el 2 de marzo de 1945, a punto de cumplir los 67 años.
La gran mayoría, 152 padecieron cautiverio y muerte en Gusen, 15 en Mauthausen, seis en Dachau, tres en Buchenwald, dos en Flossenburg, uno en Farge y otro en Bergen Bergen.

martes, 25 de junio de 2019

Aumenta el número de residentes en la provincia por primera vez en diez años



Son apenas 57 humildes habitantes más en el corto espacio de un semestre, pero por primera vez en diez años, Teruel gana habitantes en una estadística del Instituto Nacional que se ocupa de dicha materia.

Hablo de la recientemente publicada relación semestral de población residente en España, en la que adjudica a la provincia, a 1 de enero de este año 2019, 133.344 personas, 57 más que el 1 de julio anterior, tras encadenar continuos descensos desde 2009, como puede apreciarse en la tabla.

Un rayito de esperanza cuando la provincia se mueve en mínimos históricos, en espera de que se confirme si estamos ante un punto de inflexión en futuros padrones, censos y encuestas demográficas.


Gracias a los extranjeros

Los inmigrantes fueron los responsables del aumento demográfico de la provincia en los felices años 2000, que quedó truncado por la crisis, y de nuevo son los extranjeros los que propician el crecimiento, según reflejan las columnas de la derecha. La población de otros países comenzó a recuperarse en 2017, mientras la nacional no deja de disminuir desde hace décadas de forma inexorable.

En enero de 2002, los extranjeros apenas suponían el 3,53% de la población residente total, porcentaje que aumentó hasta un máximo del 12,36% en 2009 y perdió la barrera del 10% en 2015, que recuperó en julio del año pasado, 10,02%, situándose en el 10,22% en enero.


Máximos y mínimos

Pero si nos atenemos a los más usuales periodos anuales, de esta estadística semestral, la variación interanual sigue siendo negativa -133.850 el 1 de enero de 2018, 506 por encima de los 133.344 actuales- encadenando un nuevo mínimo anual histórico, si obviamos los 133.284 residentes de julio.

El máximo de enero del siglo se dio hace diez años, en 2009, con 146.134, es decir, desde entonces hemos perdido la friolera de 12.788 habitantes. También fue la fecha con más residentes extranjeros, 18.066, 4.437 más que en la actualidad.

lunes, 29 de octubre de 2018

¡LA CARRETERA DE CUENCA VA POR DONDE NO DEBE!


El Turia y la N-330/N-420 a su paso por Libros (foto: David Domingo)   

“… Alcanzará mayor inclinación al sur, atraviesa terrenos más secos y menos acueductos, se podrá situar a mayor distancia del río, a donde nunca han llegado sus mayores crecidas, no encontrará las grandes rocas, será más llana porque así lo permite el terreno, y más corta si es que el Sr. Eced cree como nosotros que la línea recta es la distancia más corta entre dos puntos”.
Estas eran las algunas de razones que en un lejano 1885 argumentaban los defensores de que la incipiente carretera de Cuenca discurriese a la izquierda del río entre Villel y Libros, y no a la derecha como finalmente se hizo. El tal señor Eced, don Vicente, era un terrateniente de la zona a quien acusaban de ser autor del proyecto, pues se da la circunstancia de que trabajaba en la Jefatura de Carreteras.
El texto pertenece a una carta publicada en “El Ferro-Carril” por el anónimo corresponsal de Villel, quien asegura:
 “Don Vicente Eced es uno de los primeros propietarios en el término municipal de Villel, y sus riquísimas posesiones están enmarcadas en la margen derecha del Turia, por donde quiere que se abra la carretera para llevarla derechita a estas y otras no menores de su familia, con el único fin sin duda de darles buen camino y asegurar con la carretera muchos puntos falsos que tienen los acueductos por donde a las mismas se da el riego”.
Para el portavoz de “El Ferro-carril”, tanto al Estado como a los pueblos situados a la izquierda del río, entre los que cita Cascante, Cubla, Valacloche, Camarena, Riodeva y también Libros, “interesa muy mucho que la carretera  se abra por la izquierda y no por la derecha del Turia”, y asegura que en las anteriores comisiones que han estudiado el terreno entre las que figuraron “personas muy competentes”, era opinión común que era más económico hacer la carretera a la parte izquierda del río.
Esto se publicó el 18 de noviembre, al día siguiente respondía “Diario de Teruel”, que basaba su defensa en que “El Ferro-Carril y su anónimo corresponsal han sido mal informados en esta cuestión, el señor Eced podrá estar encargado de tomar los datos para la redacción del proyecto, pero el trazado ha sido previamente determinado por el señor ingeniero jefe de la provincia, el cual ni tiene propiedades ni medieros en Villel ni en Libros”. Se reservan el derecho a contestar más ampliamente “cuando nos enteremos mejor del asunto”… pero ya no vuelven a hablar del tema.


Problemas con las rocas en la carretera (foto obtenida en Facebook)

Un poco de historia


“Por una Real reciente se dispone que inmediatamente y sin levantar mano, se hagan los estudios de una carretera que nos ponga en comunicación con Cuenca”, leemos en el periódico “Turia” del 21 de diciembre de 1856. “Si esta disposición se lleva a cabo, como suponemos, con la actividad que en la misma se manifiesta y las circunstancias reclaman, podrán emplearse miles de brazos en las obras, y ser más llevadera la carestía para los que solo cuentan con un jornal para su mantenimiento”.
Las primeras referencias de la carretera de Cuenca a Teruel se remontan, pues, a hace más de 160 años;posteriormente pasó a denominarse carretera de Tarancón a Teruel, y por último, conforme a la nomenclatura establecida en el denominado “Plan Peña” (1939-1941)recibió la letra y los tres número que la identifica hoy:N-420 (Córdoba-Tarragona), que en el ese tramo de Teruel coincide con la N-330 (Alicante-Francia).
La construcción se hacía por “trozos”, lo que hoy denominaríamos fases o tramos, y eran independientes los de Cuenca y Teruel. En nuestra provincia fueron seis, el primero hasta Villastar. No tengo constancia de en qué fecha se adjudicó o realizó, pero pudo ser cuando se hizo “el puente sobre el Turia, llamado de San Francisco, en la carretera de primer orden de Cuenca a Teruel”, pues es donde arranca; la subasta de las obras se anuncia para el día de San Fermín -7 de julio- de 1863.
Hubo estudios de trazado que no sirvieron, pues parece que se produjo un parón hasta los años 80 del siglo XIX. “La Crónica” el 2 de junio de 1882, a la par que anuncia que -ya con el nombre de carretera de Teruel a Tarancón- “por su importancia y enlace que establece es considerada como de primer orden”, nos cuenta cómo estaba el proyecto:
“Hace muchos año empezó su construcción, se terminó un trozo que enlaza esta ciudad con Villastar, después de no pocos años empezó otro desde Villastar a Villel, sabemos que los estudios de los trozos que faltan están sin hacer (...), y reivindica su necesidad para crear empleo, especialmente en Libros, pues sus vecinos “han quedado completamente arruinados a consecuencia de la última inundación y pedrisco”.
Los dos trozos de la discordia, tercero y cuarto, se adjudicaron simultáneamente, en subasta celebrada el 10 de mayo de 1887, y la carretera fue por el lugar que conocemos. Los dos últimos de la provincia, quinto y sexto, se adjudicaron a un tal Marcelino Estevan el 10 de abril de 1889.
Hubo un último problema para culminar un trazado que apenas ha variado desde entonces. La subasta para la construcción del puente sobre la rambla “la Chartera”, en Villel; quedo desierta en dos ocasiones, hasta que en 1902 se decidió hacerlo por adjudicación directa.
El 21 de diciembre de 1856, "El Turia" publicaba esta noticia. Tardó más de 20 años en construirse.

lunes, 17 de septiembre de 2018

Pueblos de Teruel (1940-2017): los reyes de la despoblación…. y los (poquísimos) que se salvan de la quema



     Solo cinco municipios de los 236 que configuran nuestra provincia  tienen más población hoy que cuando terminó la guerra civil: Andorra y Teruel han duplicado y más su vecindario, Utrillas y Alcañiz casi lo han hecho, y Escucha presume de algunos vecinos suplementarios, si bien esta última localidad se encuentra en franco declive. Pérdidas de poca cuantía, de menos del 10%, se dan en Alcorisa y Calanda.
     Los 229 municipios restantes son otra historia: en el periodo 1940-2017 han perdido al menos un 20% de su población, que en el caso de 27 pueblos supera el 90%. Además, 82 han menguado entre un 80 y 90%. Apenas 21 municipios “se conforman” con perder “solo” menos de la mitad de su vecindario (el 50%) desde el 1 de enero de 1940. Son, a considerable distancia de Alcorisa y Calanda y de menor a mayor reducción porcentual: Valderrobres, Albarracín, Monreal del Campo, Cella, Villastar, Mora de Rubielos, Cedrillas, Mas de las Matas, Sarrión, Cuevas de Almudén, Ariño, Martín del Río, Villarquemado, La Mata de los Olmos, Calamocha, Montalbán, Celadas, Griegos y Guadalaviar.

Obón: queda un vecino por cada 20 que había en 1940

     El caso más extremo es Obón, que ha pasado de 1.107 a 44 censados (-96,03%), es decir, de cada 20 con que contaba en los albores del franquismo, solo queda uno. Saldón de 490 a 26, Alcaine de 909 a 62, Huesca del Común de 915 a 67… Además de Obón, cuatro de estos 27 vapuleados pueblos que ven reducida su población a menos de una décima parte, superaban el millar de hombres y mujeres en 1940 Loscos (1.480), Libros (1.278), Puertomingalvo (1.181) y Blesa (1.081). Hoy tienen, respectivamente, 139, 103, 117 y 97.
     Si hablamos de cifras absolutas y no de porcentajes, lidera las pérdidas Calamocha, con 3.775 vecinos menos en la actualidad que tras la guerra civil, teniendo en cuenta que en 1971 absorbió a diez pueblos del entorno. Le siguen Castellote (3.012) y Albalate del Arzobispo (2.398), y también han perdido más de un millar de vecinos, en orden decreciente, Híjar, Santa Eulalia, Samper de Calanda, Oliete, Mosqueruela, La Puebla de Híjar, Manzanera, Ojos Negros, La Puebla de Valverde, Loscos, Muniesa, Caminreal, Báguena, Olba, Cella, Aguaviva, Alloza, Libros, Aliaga, Alcalá de la Selva, Bello, San Agustín, Villarluengo, Montalbán, Torrijo del Campo, Monreal del Campo, Calaceite, Burbáguena, Obón, Fuentes Claras, Castelserás y Valdealgorfa.
     La mayoría de estos pueblos ya habían entrado en declive, generalmente en 1910, que es cuando la provincia tocó su techo demográfico si nos atenemos a los censos decenales, con 265.908 habitantes. Pero lo hicieron en caída libre especialmente en la década de 1960, y algo menos en la anterior y posterior.
     La ganancia absoluta de habitantes de Teruel capital supera a los otros cuatro municipios que no se han visto afectados por la crisis demográfica juntos, 18.938 habitantes suplementarios sobre los 16.546 con que contaba tras la última contienda civil. Alcañiz gana 7.246 vecinos, Andorra 4.604, Utrillas 1.502 y Escucha 95. Salcedillo es el único municipio, entre el resto, que pierde menos de cien vecinos, 95; claro que pasa de 108 en 1940 a 17 en 2017. Y llegó a alcanzar un mínimo de siete habitantes en 2000, marca que mantuvo varios años y le situaba como el municipio menos poblado de España.

Las localidades más populosas: mal, pero no tanto, salvo excepciones

     Termino con un repaso a las localidades más importantes (las que hoy superan hoy el millar de habitantes). Teniendo en cuenta que el descenso provincial ha sido del 44,80%, veamos de mayor a menor cuáles han sido sus pérdidas. Santa Eulalia se descuelga con una importante merma del 64%, al pasar de 2.887 a 1.033 vecinos.
Otros tres municipios pierden más de la mitad de su masa humana: Albalate del Arzobispo de 4.367 a 1.978 (-54,71%), Híjar de 3.688 a 1.697 (-53,99%), y Calaceite de 2.134 a 1.038 (-51,36%).
     Los descensos de Montalbán (46,96%) y Calamocha (46,44%) también sobrepasan la media provincial, siendo más atenuados en los demás municipios: Sarrión (42,54%), Mas de las Matas (39,72%), Mora de Rubielos (36,42%), Cella (31,14%), Monreal del Campo (30,73%), Albarracín (25,56%), Valderrobres (20,18%), Calanda (-6,39%) y Alcorisa (3,38%).
     De los once pueblos que porcentualmente menos habitantes pierden de la provincia, nueve son los últimos citados; entre ellos se intercalan Cedrillas (39,62%) y Villastar (33,82%).
    Un último dato: si hoy son 19 los municipios que superan el millar de vecinos en la provincia de Teruel, en 1940 sumaban 77.

martes, 11 de septiembre de 2018

Soria y Teruel, las provincias más castigadas por la despoblación desde el fin de la guerra civil



     Acabada la última guerra civil (1936-1939), la provincia de Teruel tenía censados 223.064 habitantes; llegó el régimen franquista y con él la generación del “baby boom”, pero también los “polos de desarrollo”. Y mientras España no paraba de crecer, Teruel, junto a otras desdichadas compañeras del interior, perdía más y más población.
     Murió el generalísimo en noviembre de 1975, y nuestro país estrenó una nueva era, la de la Monarquía Constitucional. España había pasado de algo más de 26 a casi 36 millones de habitantes; la población se había incrementado en un muy considerable 38%.

A Teruel el “baby boom” no se sirvió para nada

     Mientras con Franco algunas provincias registraban crecimientos monstruosos, otras perdían población; Teruel pasó de los citados 232.064 vecinos a 163.879, 68.185 menos, una caída en tanto por ciento del 29,38%. Es decir, de cada cien domiciliados en la provincia a 1 de enero de 1940, casi 30 habían desparecido en el censo de la misma fecha de 1976.
     Peor parados que Teruel salieron tres territorios: la merma en Guadalajara fue del 29,61%, como en Cuenca, y en Soria del 31,60%. En total, de las 52 provincias españolas (considerando como tales Ceuta y Melilla), 21 habían visto reducidos sus recursos humanos entre el primer censo realizado tras la guerra y el primero de la democracia.
     Mientras, cinco doblaban y más su población: Madrid, Barcelona, Vizcaya, Álava y Guipúzcoa, es decir, las que albergan las dos mayores ciudades y el País Vasco. Los incrementos oscilaron entre el 168,69% de Madrid y el 100,36% de Guipúzcoa.

Democracia: Panorama malo, pero algo atenuado

     Han pasado 42 años con el actual régimen y la evolución demográfica es similar, pero se atenúan las enormes diferencias que había entre las provincias que más población obtienen y las que más pierden. España ha ganado casi 11 millones de habitantes, frente a casi 10 en los 36 años transcurridos entre 1940 y 1976; más en cifras absolutas, pero menos en porcentaje, el 29,89 y el 38,17%, respectivamente.
     Las provincias que pierden población se reducen de 21 a 17.
     Teruel no es la cuarta, sino la quinta más perjudicada (demográficamente hablando), con una caída del 18,32%. Pero las tres que la precedían tras el franquismo, han corrido mejor suerte en el recuento de la democracia: Soria pasa de ser la peor parada a ocupar el sexto puesto, justo detrás de nosotros (-17,90%); Cuenca baja al noveno lugar, y Guadalajara -algo similar pero en menor medida sucede en Melilla, Toledo y Albacete-, crece espectacularmente un 76% y logra salir de la España en regresión. En los años de monarquía constitucional, les ha ido peor que a los turolenses en Ávila, Lugo, Zamora y sobre todo en Orense (-28,77%).
     Ninguna provincia dobla su población, como durante la dictadura, casi lo hace Baleares (95,58%), y se siguen a más de quince puntos Almería, Alicante, Las Palmas y Málaga. Madrid, y sobre todo Barcelona, moderan su crecimiento.

1940-2018: 17 hermanas pobres y solo Soria más que Teruel

     Y sumando todo, desde el final de la guerra civil hasta la actualidad (1940-2018), España en conjunto pasó de 26.915.907 a 46.659.302 habitantes, un notable incremento porcentual del 79,35%. Pero en Teruel, las cosas han sido muy distintas; la población se ha reducido de 232.064 censados en 1940 a 133.861 en 2918, su cifra más baja de la historia, y que supone un recorte del 42,32%; 42 de cada 100 residentes en la provincia la han abandonado desde 1940.
     Solo Soria presenta un panorama más desolador, pues la caída es del 43,84%. Tras Teruel, pierden al menos la cuarta parte de su población Zamora (42,32%), Cuenca (39,80%), Lugo (35,35%), Orense (32,49%), Ávila (31,76%) y Palencia (25,47%),
     Son 17 las provincias que se han despoblado en los últimos 78 años, aunque para algunas se abre un rayo de esperanza, pues aunque estén con números rojos por sus malos resultados durante el franquismo, la evolución bajo la monarquía ha sido positiva, Ciudad Real, Huesca, y con un anecdótico aumento del 0,004% Badajoz (28 habitantes más en 2018 que en 1976).
     Al otro extremo, gracias en especial al centralismo franquista, Madrid pasa de 1.579.793 habitantes (Barcelona tenía más) en 1940 a 4.970.186 en el último recuento, un crecimiento del 314,61%. Superan el 200% Las Palmas y Alicante, y el 185% Santa Cruz de Tenerife, Álava, Baleares y Barcelona (185,44%).
     En resumen: tan solo los sorianos pueden mirarnos por encima del hombro y asegurarnos, “nosotros somos los reyes de la despoblación”. ¡Triste consuelo!

domingo, 15 de julio de 2018

Junio de 2018 fue un mes fresquito en toda provincia, tras los registros récord del año pasado


    
Tras el tórrido y extremadamente seco mes junio de 2017, el de este año ha sido fresquito y seco, pero no tanto. En los seis observatorios de la provincia (Teruel, Albarracín, Alcañiz, Calamocha, Montalbán y Valderrobres) cuyas mediciones son objeto de esta comparación, la temperatura media del mes ha estado por debajo de la media del periodo 2005-2018, con un máximo de 0,83 grados menos en Albarracín y un mínimo de 0,33 en Alcañiz.

     Todas las estaciones meteorológicas registraron la temperatura media más alta de un mes de junio el pasado 2017, salvo en Albarracín, donde se dio en 2012. Hay que precisar que en esta ciudad faltan las mediciones de 2008 y 2009 en temperaturas y las de 2013 en precipitaciones, y en Montalbán la serie se inicia en 2008 y no en 2005 como en el resto.



Alcañiz, el junio más cálido; Albarracín, el más fresquito



     La temperatura más alta del mes fue de 35,2 grados el 25 en la capital, y la más baja de las máximas de 31,9 en Albarracín el mismo día. El récord del mes de junio durante los últimos 14 años lo ostenta Alcañiz, el 28 del 2012 con 39,2ºC.; en el extremo opuesto en Albarracín marcan el tope los 28 grados del 25 de julio de 2007.

     Respecto a las mínimas, la más baja del mes pasado osciló entre los 5,9 grados en Albarracín y los 10,4 de Alcañiz, única estación donde el mercurio nunca descendió de los diez grados. El récord del mes se dio, cómo no, el Albarracín, el año 2006, en que durante varios días los termómetros marcaron cero grados. Por el contrario, en Alcañiz el 9 de junio de 2012 la mínima del mes fue de 11,6.

     Atendiendo las temperaturas medias absolutas del mes en este periodo de 14 años, con las excepciones señaladas, podemos decir que junio es de más a menos cálido en: Alcañiz, Valderrobres, Teruel, Calamocha, Montalbán y Albarracín.



Mes poco lluvioso, pero menos seco que el de otros años



     Calamocha fue el municipio donde más llovió, con 59,2 litros a lo largo de junio pasado, de los que 37,2 se recogieron el día 1, cifra que por sí sola supera a la mensual del resto de las estaciones salvo la de Albarracín, con 38,4 l/m2. La menor pluviometría fue para Alcañiz, 21,2 litros.

     También Calamocha y Albarracín, tienen los récords de mayor cantidad recogida en el sexto mes del año, con 126,4 litros (2006) y 120,2 (2010), respectivamente. El junio más seco fue el del año pasado en Montalbán, con apenas 1,4 litros; en 2017 se marcaron las pluviometrías más baja en todas las estaciones salvo en Valderrobres, donde fue en 2012.

     Es la localidad del Matarraña la que tiene el mayor registro diario de lluvia, el 10 de junio de 2013, con 54,4 litros, aunque también en Calamocha y Albarracín se han alcanzado o superado los 50 litros por metro cuadrado en un día de junio.

     A temor de los registros mensuales de lluvias, de la más húmeda a la más seca el orden de las estaciones es: Albarracín, Calamocha, Teruel, Montalbán, Valderrobres y Alcañiz.